Pron en casa.

Podría escribir hasta el aburrimiento mío y de ustedes del exquisito diseño de cubierta de este libro, de sus marrones y ocres tensionando al carmín, de su pequeño y rotundo dibujo, del ritmo casi blusero de las mayúsculas y minúsculas. A continuación un poco de Pron, del cuento ¨El estatuto particular ¨ :


¨¿ Qué le sucede ? ¨, se pregunta ella a veces. Ella piensa que él es como un edificio de oficinas en el que las luces se apagan lentamente, de una en una, cuando los empleados se retiran, y luego viene el guardia nocturno y apaga las que quedan y tal vez sólo quedan las de los pasillos, encendidas como las de una pista de aterrizaje poco antes de un accidente. Ella piensa que él necesitaría otro trabajo y otro corte de cabello, que deberían irse de viaje o leer más. Ella compra un libro de Fiódor Dostoievski que él nunca lee. El es parte del cuarenta y uno por ciento de la población alemana que no ha leído ni un solo libro en los últimos tres meses, piensa ella. Ella piensa que tiene que pensar en algo.

Leo ¨ Las ideas ¨, el cuento que abre ¨El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan ¨ y me recuerda al Fresán corto, el bueno, el que escribió el Aprendiz de Brujo, el que deslumbra acá y no el largo que snobean en la madre patria de las tortillas de papa babé. Un libro de cuentos con ruido de fondo de Alemania que alegóricamente cita y nos cita.

“el pequeño Peter no iba a regresar esa noche a casa, ni las noches siguientes, y que algo que era incomprensible y daba miedo iba a abrirse frente a él y al resto de los habitantes del pueblo en los días siguientes, y aun después, y se lo tragaría todo”

“Esa noche o la siguiente el resto de los niños regresó a sus casas. Ninguno de ellos parecía estar lastimado, ninguno de ellos parecía tener un hambre inusual, haber pasado frío o estar enfermo. Ninguno habló nunca sobre su desaparición o lo que había hecho durante ella. El pequeño Peter nunca explicó a nadie qué lo había llevado a huir de su casa durante esos días y quizá tampoco haya podido explicárselo nunca a sí mismo”

Poder expresar esa densidad perfecta y fugaz de un buen cuento es la tarea que le ordeno a mis pinceles y sus colores, nacer y morir en un paréntesis, haber alcanzado ese pulso, esa métrica, esa lírica.

2 respuestas a “Pron en casa.

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